“Las visitas del domingo en la mañana al mercado de libros viejos de Sant Antoni era otra de las posibilidades de acercarse a una cultura diferente de la oficial. En 1939 se volvieron a montar, con una cierta normalidad, la feria de libros viejos alrededor del mercado, a pesar de ello habían desaparecido las obras en catalán y las de temas o autores prohibidos por el nuevo régimen. Había un cierto trafico clandestino como lo puso en evidencia un informe de la delegación de Investigación e Información, AGA Gobernación, caja 51…”
Jaume Fabre
Fragmento del libro “Els que es van quedar 1939: Barcelona, ciutat ocupada”
[ Publicat a Facebook el 17-12-2016 ]
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