diumenge, 12 d’abril del 2020

Max Aub en el Mercado de libros del Paralelo

Amigos, 
para que sea más llevadero otro domingo sin el añorado Mercat Dominical de Sant Antoni os traemos un fragmento de la novela El laberinto mágico I: Campo cerrado, de Max Aub; donde describía el Mercado de libros del Paralelo de los años veinte que él mismo, en más de una ocasión, visitó y que en 1937 devendría en nuestro Mercado. Hace ya cien años y los libreros de Sant Antoni siguen y seguirán allí, al pie de sus paradas.

#SenseParadesPeròSenseParar  #SinParadasPeroSinParar

«Los domingos por la mañana bajaba Rafael a la feria de libros. (...) Los puestos se extendían desde la esquina de la Ronda hacia la Plaza de España sin término fijo para su acabamiento. Los puestos se alineaban sobre el encintado derecho, hasta media acera. La gente revoloteaba y picaba en los tomos dispuestos en mostradores o cajoncillos. Salían a la venta tomos desparejados, folletos, novelas por entregas, tomos encuadernados de revistas desaparecidas, zaragozanos, guías, ejemplares faltos de cubiertas o con pliegos repetidos, volúmenes sueltos e incompletos de colecciones rebuscadas, devocionarios y algún mirlo blanco, sucio y cansado de tanta mano y poco ojo. (...) Reuníanse a su alrededor los aficionados a leer con pocos posibles; los hurgoneadores faltos de un segundo tomo; los que se pasaban de listos, en espera de la milagrosa ganga; los que iban a tomar el sol al olor de los libros, por no perder la costumbre de lo impreso; algunos jovencillos en mal de formarse una biblioteca. Los chavales acudían a cambiar cromos y algunos filatélicos de poca monta hacían allí sus cambalaches. Venían a ser unos «encantes» literarios donde se reunían seres que no pueden pasar día sin hurgar librería y que se alegraban de ese subsidio matinal del domingo. El sol lo doraba todo y los volúmenes se calentaban el polvo, que era mucho. Los mirones barateaban, regateando en la resolana menudas trápalas. Los tantomepides y tantotedoy variaban con la curva del sol. Los precios fijos vinieron, luego, a estropear el zangoloteo. La gente bullía con tranquilidad. ¿De dónde conozco yo a ése? ¡Ah, sí: de la feria de libros! Era una secta especial, una masonería.»

Fotografías: (Izquierda) Max Aub en México (1961),
(
Derecha) El Mercado de libros del Paral·lel en 1920,
foto de Carlos Pérez de Rozas para la revista Barcelona Atracción.

Com sempre, podeu participar amb els Amics del Mercat Dominical de Sant Antoni enviant les vostres col·laboracions a: amicsdeldominical@gmail.com

Gràcies per endavant!

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